El negocio del auto-almacenaje consiste en que una compañía provee a su cliente la renta de una unidad finita, específica y útil para fines de almacenaje. Siempre en los términos de un contrato, el cliente tiene derecho a un acceso exclusivo, personal y privado, a la unidad rentada y a sus pertenencias. La idea de “usted mismo almacena, cierra la puerta y se queda con la llave”, puede considerarse la base de toda la industria.